miércoles, 13 de abril de 2011

Capitulo 1: La llegada de los Dark Lais

En el centro de la ciudad se hallaba una posada tradicional donde viajeros cansados que venían por las aguas termales se quedaban y disfrutaban de cómodas habitaciones y de la deliciosa comida tradicional de la región. Se llamaba “Posada Santa Ángela” y pertenecía a la familia Azaria desde hacia muchas generaciones.
El dueño era Robert Azaria que se encargaba del restorán de la posada, un hombre alegre y amable lo que contrastaba con su presencia intimidante debido a su enorme tamaño, luego estaba Rosario, la esposa de Robert que limpiaba las habitaciones, muy alegre y amable, la pareja era muy querida y apreciada por todos en la ciudad y cautivaban a los viajeros que se quedaban en el lugar. Ellos tenían cuatro hijos, el mayor Ariel de 17 años que era el ayudante de su padre en la cocina su actitud era totalmente contrastante con la de sus padres, siempre serio y no le interesaba mucho la posada aun así trabajaba ahí por el dinero, la hija del medio era Elie de 16 años, muy dulce pero despistada, era como la princesita de la casa y muy aduladora de sus padres por eso siempre le daban todo lo que quería, pero siempre era por demás amable con todos, el hijo menor era Tomas de 10 años, muy enojadizo y con una obsesión con los videojuegos, apenas ayudaba con la posada y casi no le hablaba a nadie por su obsesión, luego estaba Yans Stell de 16 años, esta era la hija adoptiva de los Azaria y aun conservaba el apellido de sus padres biológicos los cuales murieron en un accidente hacia 4 años, siendo la mejor amiga de Elie sus padres decidieron adoptarla, pero a pesar de que ellos estaban encantados con ella siempre se considero a si misma una carga por ello se esforzaba al máximo en todo, siempre tenia las mejores notas en el colegio, excelente deportista, dedicada en sus clases extracurriculares y era la que mas ayudaba en la posada jamás pidiendo nada a cambio, claro que con todo lo que hacia jamás tenia tiempo mas que para estudiar o trabajar.
Ese día de intensa lluvia Yans se encontraba sentada en una de las mesas viendo hacia afuera como hipnotizada por las gotas de agua, la posada estaba vacía así que no había mucho trabajo, Elie y su madre habían ido a hacer unas compras y Ariel y Tomas estaban en sus habitaciones mientras Robert tomaba una siesta en una silla de la cocina. Entonces la campanilla de la puerta principal dio su clásico tintineo y Yans se levanto para recibir a los que suponían eran nuevos huéspedes o clientes del restorán, al llegar saludo gratamente con un “muy buenos días”, al levantar la cabeza pudo ver que se trataba de tres hombres que vestían unas chaquetas negras largas hasta las rodillas y estaban totalmente empapados, los tres traían en sus manos una maleta cada uno, se quitaron las capuchas dejando ver así sus rostros, el primero tenia cabello negro algo largo y lacio y ojos cafés y era el mas alto de los tres, también parecía ser el mayor pero aun así tenia un rostro joven que parecía de la edad de ella, el segundo era rubio con cabello alborotado y tenia  ojos verdes, parecía mas joven que el primero y tenia una sonrisa y una expresión amable e infantil en el rostro, y el tercero tenia cabello castaño lacio  y ojos azules, su mirada era fría como el hielo y tenia una expresión de enojo que daba miedo, parecía el de la edad media. Finalmente el de cabello Negro dijo:
-Disculpe señorita, tendría unas habitaciones para nosotros.
-Si por supuesto permítanme girarlos, ¿quieren una para cada uno?
-Si es posible si- dijo el de cabello negro.
-De acuerdo, pasen por aquí los registrare.
Llegando al mostrador abrió el cuaderno de registro y pidió sus nombres, el de cabello negro dijo:
-Ponga las habitaciones a mi nombre, me llamo Carlos Stewart, ellos son Allan y Marco.
-Dígame ¿De cuanto tiempo será su estadía?- dijo ella de forma amable.
-Pues es de tiempo indefinido, yo comenzare a dar clases en la preparatoria de la ciudad, comienzo el lunes, y ellos estudiaran ahí también.
-¿Pero si estarán tanto tiempo no les convendría alquilar una casa?
-No, como no sabemos por cuanto nos quedaremos no es conveniente meterse en compromisos de esos.
-Ya veo - dijo ella sonriendo- vengan conmigo les mostrare sus habitaciones- mientras caminábamos ella le comento a  Carlos- valla si que parece joven para ser un profesor, podría confundirlo fácilmente con un alumno.
-Gracias- le sonrió el- la verdad tengo 25 años, usted también parce joven, acaso es estudiante.
-Si, voy a la preparatoria, estoy en segundo.
-Que bien, entonces la veré por el colegio, parece que mis amigos podrían estar en su clase también están en segundo.
-Valla, que coincidencia- dijo ella.
Habiendo llegado les abrió las puertas de las habitaciones y les dio las llaves, cuando los tres entraron les dijo amablemente:
-Si tienen hambre pueden bajar a la parte del restorán que con gusto el señor Robert les preparara lo que deseen.
-Muchas gracias…- Carlos dijo- disculpa ¿Cuál es tu nombre?
-Me llamo Yans.
-Yans, un nombre interesante, como sea gracias por tu amabilidad.
Siendo así ella se marcho, Los días transcurrieron rápidamente y los tres pasaban desapercibidos, hasta que finalmente llego el día de ir al colegio, los tres salieron de la posada cuando Yans y sus hermanos también lo hacían, Yans les  grito de lejos:
-¡Hola como están!- tomo a sus hermanos  de las mangas y los guio hasta ellos- Como están, ellos son Ariel y Elie, mis hermanos.
-Mucho gusto, me llamo Elie Azaria es un placer conocerlos, ¿ustedes son huéspedes de la posada verdad?- dijo Elie con su típica sonrisa.
-A… si claro- dijo Carlos.
-Nos tenemos que ir, tenemos cosas que hacer- dijo fríamente Allan sin siquiera voltear a verlos y comenzó a caminar.
-Perdón pero como el dijo debemos irnos- dijo Carlos algo avergonzado por la conducta de Allan, y tanto el como el chico de cabello rubio lo siguieron de atrás.
-Que chico mas maleducado que es ese de cabello castaño- dijo Elie un tanto ofendida.
-Como sea, ya olvídenlo, debemos irnos a clase nosotros también- dijo Ariel.
Al llegar a clase la noticia del primer profesor fue que ese día tendrían dos nuevos compañeros de clase, como de costumbre el hiso presentarse y decir algo de si mismos:
-Muy buenos días, mi nombre es Marco Torres,  pues algo que me guste… -pensó un momento el chico de cabello rubio- pues me gusta comer y dormir, es un placer conocerlos.
-Soy Allan Pein no tengo nada mas para decir.
La actitud de el era algo irritante y miraba a todos con desprecio. Elie le dijo a Yans que estaba a su lado:
-Cielos ese Allan de verdad que tiene un problema, es tan extraño- y de pronto cambio su expresión- aunque debo decir que es tan guapo.
-Tu con tal de ver una cara bonita no te fijas en nada mas- le dijo Yans sin estar confundida con la actitud de ella.
El día transcurrió tranquilamente, luego de clase Yans tenia que ir a su clase de karate mientras Ariel y Elie regresaban a la posada, cuando iba saliendo se le callo una moneda al suelo y sin querer al levantarse choco de frente con alguien:
-Perdón yo no estaba viendo por donde iba…-al levantar su mirada se dio cuenta de que se trataba de Allan- ¿Allan…?
-Fíjate por donde vas distraída- le dijo en tono serio.
-Oye ya te dije que lo siento.
-Como sea mas te vale que no vuelvas a hacerlo.
El sin decir más se fue como si nada pero Yans quedo hirviendo de rabia. Entonces una mujer grito:
-¡MI HIJO!
Tanto Yans como Allan voltearon para ver entonces vieron como un niño era atropellado por un auto dejando llena de sangre la calle, y ellos fueron los primeros en llegar hasta el ya que la madre estaba lejos, los dos se agacharon junto al niño que parecía inconsciente, de pronto Allan pone una mano en el pecho del niño y este se levanta como si nada, la madre llega hasta ahí y al ver que su hijo parecía que no tuviera ni un rasguño se pregunto que paso siendo que tenia sangre en la ropa, entonces Allan saco un cuchillo de su manga y se hiso un gran corte en su brazo sin que nadie a excepción de Yans de diera cuenta y mostrando la sangre que brotaba de si mismo le dijo a la mujer:
-Lo siento la sangre es mía, hace un momento tuve un accidente y me corte con algo.
La mujer no del todo convencida tomo a su hijo y se marcho, y de a poco la gente se fue dispersando, pero Yans estaba segura de que algo extraño había pasado y al caminar un momento detrás de Allan le pregunto:
-¿Como lo hiciste?
-¿Cómo hice que?
-Como salvaste a ese niño parecía muerto y cuando lo tocaste despertó como si nada.
-No se de que hablas.
-Como… no me mientas.
-El solo se asusto por eso estaba quieto simplemente se despertó del shock.
-Pero…
-No tengo tiempo para eso, debo irme.
Habiendo dicho eso el siguió caminando como si nada y dejo a Yans muy confundida sabia lo que había visto y no lo olvidaría tan fácilmente.